Saddam Hussein tardó 55 segundos en morir

Menos de un minuto pasó desde que se abrió la trampa que dejó al ex dictador iraquí colgado de la soga hasta que perdió la vida. No murió por asfixia sino por la rotura de las vértebras del cuello, explicó un experto que asistió la ejecución

Menos de un minuto tardó el ex presidente iraquí Saddam Hussein en morir desde que se abrió la apertura de la trampa que le dejó colgado de la soga utilizada por sus verdugos el sábado pasado, de acuerdo con un informe médico difundido ayer. Hussein no murió por asfixia sino por la rotura de las vértebras del cuello, dijo un experto jordano que asistió a la ejecución de Hussein y durante años se encargó de controlar ahorcamientos ordenados por la justicia. El especialista, citado por la agencia italiana ANSA, comentó que la ejecución se llevó a cabo mediante una técnica "inglesa" y con el uso de una cuerda fabricada en el exterior.

El cuerpo del derrocado presidente de Irak pendió de la soga durante ocho minutos antes de ser retirado por los verdugos. El experto señaló que el ahorcamiento con otras técnicas puede dejar al condenado con vida durante 15 minutos desde la apertura de la trampa, mientras el sistema ideado por los ingleses causa la muerte en apenas 55 segundos, como en el caso de Saddam. "El tipo de paja seca usada para formar la cuerda, el modo en que estaban trenzados los hilos, la anchura del nudo en torno al cuello, el gran espesor del lazo y su posición, no tras el cuello sino a un lado de la cabeza, confirman la intención de causar la muerte no por asfixia", dijo el especialista.

Agregó que la forma del nudo dio al lazo la posibilidad de "impulsar a lo alto el mentón y romper de golpe las vértebras". "Antes de cada ejecución -concluyó el jordano- los técnicos encargados de preparar el lazo miden la altura del condenado, su peso y presión sanguínea, y la distancia que separa el cuello del mentón". Saddam Hussein fue ejecutado el 30 de diciembre en cumplimiento de una condena a muerte impuesta por un tribunal iraquí por la matanza de 148 chiitas en Dujail, en 1982.