martes, 21 de diciembre de 2010

El Obispo con el Diablo en el Cuerpo

Allá por el 2005 ocurrió uno de los hechos más trascendentes desde el santiagueñazo, y ponía nuevamente a la Madre de Ciudades en el “tapete”.




Lo mediático no se hizo esperar y se colmó con títulos rimbombantes en los medios nacionales e internacionales de un hecho que, pocos lo conocieron en su totalidad y veracidad.



Los comprovincianos buscaban en diferentes comunicadores alternos, no locales (por la censura), una información, que como de costumbre, por los intereses en juego, las especulaciones y la hipocresía en la provincia, impiden en ciertos casos que la noticia y la información se conozcan sin tergiversar.



Así como se sostiene que la verdad nos libera, de hecho una verdad a medias, es una verdadera mentira.



Ese “terror reverencial” que tiene larga data, hoy hace de éste pueblo, que aún se mantengan los esquemas aceitados, a pesar que se cueste reconocer que hay algunos temas de los “no se dice, no se habla”, siga siendo la mordaza interna que aún nos tiene oprimidos. Un dicho anónimo reza: “no existe peor censura, de la que uno lleva dentro”.







Sin censura



El Periódico Cuartopoder, en su momento, sólo intentó informar desde la fuente y/o del protagonista, lo que tal vez otros medios no pudieron o simplemente por las razones arriba mencionadas no quisieron hacerlo. Es “sin censura” y está advertido en tapa. El lector puede o no coincidir con la editorial, eso queda a criterio personal. Lo dicho, es exclusividad de la fuente de información, y quien se hace cargo.



En un ping- pong de preguntas y respuestas, Cuartopoder entrevistó a Alfredo Sebastián Serrano, de su relación con el ex Obispo de Santiago del Estero Juan Carlos Maccarone.



CP ¿Cómo y cuándo conociste al ex obispo J. C. Maccarone?



Alfredo Serrano: Lo conocí cuando aun no había cumplido los 19 años, en viaje en mi remis: Tenía que hacer un viaje del aeropuerto de Santiago a Tucumán por que el avión no podía aterrizar en Santiago. En el auto viajamos, el obispo en el asiento delantero y atrás dos señoras que también viajaba también a Tucumán, por la misma razón.



Estaba vestido de sotana. El diálogo fue casi de ocasión. No lo conocía, sí por la sotana, supe que era un cura. Lo saludé y me comenta que era el nuevo Obispo de Santiago.



Le comento mi acercamiento a la religión católica desde muy chico, y mi integración a grupos de oraciones. Durante el viaje hablamos de varias temas: de la injusticia que se vive en Santiago y otras cosas más. Al bajar me quiso dar una propina, que yo no acepte…



De esta manera, comenzaba una nota/entrevista sin censura. Tal vez la mas atrevida en su género, aunque sin entrar en lo vulgar y chabacano.



De vuelta al ruedo



Hoy, después de cinco años de aquellos hechos, el ex obispo de Santiago del Estero hace su aparición en Rufino, Santa Fé, confirmando a niños.



Según medios de la zona, el sacerdote Diego Cavanagh de la iglesia Santísima Trinidad confirmó que Maccarone, presidió la ceremonia el primer fin de semana de noviembre y trató de restarle importancia a la situación difundida por los medios en la jornada de ayer.

En ese contexto, comentó que el hecho se dio “debido a que estuve operado de la rodilla y por eso le pedí al obispo de Venado Tuerto que me envíe alguien para oficiar la ceremonia y así llegó monseñor Maccarone”.



El sacerdote manifestó que “no hay nada extraño en esta situación ya que Maccarone no es proscripto ni tampoco contagia enfermedades. De todos modos ese tema lo pueden charlar con el obispo de Venado Tuerto”, remarcó.



A cargo de niños discapacitados



Es de destacar que el ex obispo de Santiago, actualmente se encuentra recluido en el Cotolengo Don Orione de Claypole, celebrando misa para niños discapacitados que tiene a su cargo.



El ex obispo después de los hechos ocurridos en el 2005, fue trasladado a una casa de “retiro espiritual” en México para “limpiar sus pecados”, luego que se conociera en todo el mundo, cuando mantenía relaciones íntimas con Alfredo Serrano, que por aquel entonces tenía 23 años. Y de otras denuncias similares cuando era obispo en Chascomús, donde también ocurrió un homicidio dudoso de característica amorosa, impune y nunca resuelto.