viernes, 22 de diciembre de 2006


“No nos pueden juzgar”, dijeron oficialistas y opositores

Ola de críticas en Chile hacia Nilda Garré, quien se sintió "dolida" por honores al ex dictador Pinochet

"Intromisión", "que se guarde el consejo", "opinóloga", dispararon varios legisladores. La ministra de Defensa dijo sentir dolor porque haya "sectores en el Ejército chileno que homenajeen a un personaje tan siniestro"

"No nos pueden juzgar, menos quienes en materia de derechos humanos tienen una tremenda viga en el ojo para mirarnos la paja en el nuestro", disparó el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de Chile, Patricio Hales, en referencia a los dichos que la ministra argentina de Defensa, Nilda Garré, emitiera este jueves en relación los honores rendidos por el Ejército chileno al fallecido Augusto Pinochet.
"Me dolió que todavía haya sectores en el Ejército chileno que quieran homenajear a un personaje tan siniestro como Pinochet...", había dicho la funcionaria, quien luego agregó que en Argentina "hay una mayor profundidad en todo el proceso de democratización de las Fuerzas Armadas".
Ello llevó a Hales a decir al diario "La Segunda": "No me gusta que desde Argentina se enjuicie la condición política chilena, aunque evidentemente el juicio de la figura de Pinochet ha sido parte de la opinión pública mundial". Luego de referirse a la “viga en el ojo propio” de las autoridades argentinos, en tanto, el diputado lo justificó señalando: "Tienen 20.000 detenidos desaparecidos y una Ley de Punto Final en la que terminaron haciéndose los lesos".

En realidad, la Ley de Punto final fue declarada inconstitucional por la Justicia argentina al igual que la de Obediencia Debida. Los tribunales argentinos tienen bajo proceso a más de 200 militares por causas vinculadas a los derechos humanos, varios de ellos bajo prisión, y los juicios parecen acelerarse en los últimos meses.

Por otra parte, los jefes de la dictadura militar (Jorge Videla y Emilio Eduardo Massera) pasaron privados de la libertad casi todo el período que siguió al Proceso hasta la actualidad, una circunstancia muy distinta a la que vivió el fallecido chileno Augusto Pinochet, jefe del Ejército hasta 1998 y senador vitalicio por varios años.

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