sábado, 9 de diciembre de 2006



La “Madre de Ciudades”

- La "historia" que nos contarón...mal-

El 29 de junio de 1550, cumpliendo un encargo del gobernador del Perú, licenciado Pedro de la Gasca, Juan Núñez de Prado procedió a fundar una ciudad al sur de la actual provincia de Tucumán. La llamó Ciudad del Barco del Nuevo Maestrazgo de Santiago, en homenaje a su patria de origen, Barco de Ávila.


Pero el licenciado Gasca, al designar dos años antes a Pedro de Valdivia gobernador de Chile, le había señalado una jurisdicción que incluía una amplia región de este lado de la cordillera, de suerte tal que la nueva ciudad venía a quedar dentro de ella. Ni lerdo ni perezoso, Valdivia envió a su primo, don Francisco de Villagra, a tomar posesión de ella.Barco pasó así a depender de Chile y Núñez de Prado continuó siendo su teniente de gobernador, pero ahora bajo las órdenes de Valdivia. Sin embargo, ni bien Villagra regresó, Núñez de Prado se apresuró a trasladarla, para sacarla de la jurisdicción chilena. Apenas un año después de su fundación, la ciudad pasó a ocupar su nuevo sitio, esta vez en el valle de Quiri Quiri, dominio del poderoso cacique Calchaquí, que dio autorización para ello.Al crudo invierno de 1551 le siguió una terrible sequía que hizo pasar hambre a los sufridos pobladores, obligándolos a un nuevo traslado.

Otro traslado

En febrero de 1552, desoyendo la orden de la Real Audiencia de regresar al primitivo asentamiento, una harapienta caravana emprendió camino hacia el sur, hasta llegar a los esteros del río Dulce. Allí tuvieron un golpe de suerte. Los indios diaguitas, habitantes del lugar, se hallaban acosados por los feroces lules y les pidieron auxilio. Derrotados los invasores, los diaguitas les permitieron levantar la ciudad en sus tierras y así la trashumante Barco ocupó su tercer emplazamiento.Pero no sería el último. Nombrado por Pedro de Valdivia teniente gobernador del Tucumán, el célebre Francisco de Aguirre, “la primera lanza de Chile”, cruzó los Andes a comienzos de 1553 para tomar posesión de su cargo. Probablemente por algún disgusto con Núñez de Prado, Calchaquí lo atacó, pero fue vencido y tomado prisionero. Aguirre le ofreció la paz e hizo con él un trato, dejándolo en libertad a cambio de su palabra de no atacarlo.En la noche del 20 al 21 de mayo hizo su aparición en la ciudad y se apoderó de ella, estando Núñez de Prado ausente. A su regreso lo hizo apresar y lo envió a Chile. Conmovido Aguirre por el estado miserable de esos hombres y admirado por su tenaz resistencia a las adversidades, los trató con toda consideración y pronto se ganó su afecto y su lealtad.Luego de una recorrida por la región dispuso trasladar nuevamente la ciudad, a la que las inundaciones del río Dulce le causaban serios perjuicios. El nuevo sitio elegido estaba a poca distancia –apenas a “dos o tres tiros de arcabuz”, esto es a no más de un kilómetro– y la mudanza se realizó formalmente el 25 de junio de ese año de 1553. Pero no sólo cambió su asiento, sino también su nombre, llamándola Santiago del Estero.

Aguirre se autoexcluyó

Consciente de que lo que había hecho era un traslado y un cambio de nombre, Aguirre nunca se llamó a sí mismo fundador de Santiago, ya que se trataba de la misma ciudad que fundara tres años antes Juan Núñez de Prado bajo el nombre de Barco.Verdadero baluarte en medio de la nada, Santiago fue no sólo la primera ciudad argentina, sino la que proveyó hombres y vituallas para la fundación de las demás ciudades del Tucumán, por lo que con justicia fue llamada “Madre de ciudades”. Lo fue tanto de las que no sobrevivieron (Nieva, San Francisco de Álava, Cañete, Córdoba de Calchaquí, San Clemente de la Nueva Sevilla, Talavera del Esteco y Madrid de las Juntas), como de las que todavía existen (Londres, San Miguel de Tucumán, Córdoba, Salta, La Rioja y Jujuy). Cuando el 29 de agosto de 1563 el rey don Felipe II dispuso la creación de la Gobernación del Tucumán, sustrayéndola del dominio chileno, Santiago del Estero fue su capital y Francisco de Aguirre su primer gobernador efectivo.En el año 1950, al cumplirse 400 años de la fundación de Barco-Santiago del Estero, la efeméride pasó inadvertida. Cuando el gobierno nacional cobró conciencia de ello, forzó a la Academia Nacional de la Historia a emitir un dictamen, afirmando que "Barco y Santiago eran dos ciudades distintas" y que la segunda había sido fundada por Aguirre en 1553, lo que permitió celebrar su "presunto" cuarto centenario.Pero la realidad era otra.

Los origenes en libros

Fray Eudoxio de Jesús Palacios, en un libro editado por la Universidad de Córdoba en 1953, titulado Orígenes de Santiago del Estero (la ciudad de Núñez de Prado), aportó pruebas concluyentes acerca de la identidad de ambas ciudades, con numerosos testimonios de los propios vecinos fundadores. Años después, Gastón Doucet pudo incluso demostrar que los integrantes del Cabildo santiagueño de 1553 siguieron siendo los mismos que lo habían sido de Barco, por lo que el título de fundador de la primera ciudad argentina le corresponde al capitán Juan Núñez de Prado.

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