viernes, 2 de noviembre de 2007


Crímenes de Leyla y Patricia

CONTRADICCIONES EN EL DOBLE CRIMEN


El ex subsecretario de Informaciones,Mauza Azar, acusado del doble crimen intentó desligarse de los gravísimos cargos que enfrenta y eludió referirse a la causa con subterfugios. Su hijo también declaró pero se negó a que lo interrogaran.


En un intento por desvincularse de las graves acusaciones por homicidio triplemente calificado de Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba y de comandar una asociación ilícita para cometer diversos delitos, Musa Azar Curi buscó desviar la atención sobre él y su familia en su indagatoria durante el juicio.

Llamó la atención que dijera haber sido absuelto en el juicio por el robo y crimen del ganadero Seggiaro, cuando en realidad fue condenado a cinco años de prisión por utilizar los bienes y personal del estado en provecho propio. Pese a que hasta ahora siempre había negado haber tenido pumas en su reserva de Árraga, hoy reconoció que tuvo dos cachorros. La presencia de esos animales es importante porque una antropóloga determinó que esos animales masticaron los huesos de Leyla, dentro de jaulas, dato que fue confirmado por los coincidentes relatos de los propios peones de Árraga. Nada dijo acerca de los allanamientos que efectuó el perito criminalista Enrique Prueger, quien encontró huesos de las falanges de Leyla en el interior de la reserva de Azar Curi.


También quiso aprovechar el juicio para aclarar una de sus declaraciones más comprometedoras durante el juicio de Seggiaro, donde afirmó que en los 70 llegó a tener hasta 300 espías, incluidos colectiveros. Hoy –en una nueva contradicción- dijo que en realidad era personal policial, para después admitir que hasta su renuncia en 2003 tenía remiseros y prostitutas como informantes pagos. En la misma línea de estrategia, su hijo Musa Antonio Azar Cejas, acusado del homicidio simple de Leyla, realizó un alegato donde perjuró ser inocente y no conocer de qué se lo acusa, aunque se negó a responder las preguntas del tribunal, la fiscal y las partes sobre los crímenes.


Tanto Azar Cejas como su madre dieron órdenes a los empleados del zoológico para deshacerse de los restos de Leyla, según la acusación fiscal. Por último, también declaró el peón de Árraga Silvestre Silvero, quien se presentó como una víctima atribulada, pero poco después se hizo evidente que intentaba evitar dar información que comprometiera a su patrón escudándose en una memoria selectiva.

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