viernes, 21 de diciembre de 2007

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De mentira a verdad
Los mitos falsos de la ciencia
Son muchos los mitos que creemos reales y probados científicamente.
Una publicación inglesa pone la lupa sobre algunas de esas "verdades" y las desmiente.

Varios de los mitos pseudos científicos que circulan entre nosotros fueron desmentidos en un artículo de una revista inglesa especializada. La British Medical Journal analizó algunos de los mitos urbanos que llegaron hasta nosotros de boca en boca."Hay que beber, como mínimo, 8 vasos de agua al día", es la primera frase analizada. Y el resultado es contundente: Falsa. Según la revista, “el origen de este falso mito puede datar de 1945, cuando se hizo pública una recomendación en la que se establecía que la cantidad de agua que debía tomar cada adulto, en la mayoría de los casos, era de 2,5 litros al día.
Agua bendita...
Aquella recomendación continuaba afirmando que cada persona debe consumir un mililitro de agua por cada caloría de comida y que la mayoría de esta cantidad está en las comidas”.La revista concluyó que si se ignora que el agua está en las comidas, “se puede interpretar que, efectivamente, debemos tomar ocho vasos de agua diarios. Por el contrario, beber agua en exceso puede ser perjudicial y puede, en algunos extremos, causar la muerte”.
"Mate" alemán
De inmediato analiza si es cierto que “sólo usamos el 10 por ciento de nuestros cerebros”. Y concluye que “esta sentencia falsa se le adjudica a Einstein, pero no hay ninguna cita textual del científico que lo corrobore. La creencia procede probablemente de 1907, para alentar el afán autodidacta”.Por otra parte, considera que es verdad que “los estudios realizados sobre daños cerebrales demuestran que usamos mucho más del 10 por ciento. No hay áreas dormidas y prácticamente ninguna parte del cerebro está del todo inactiva”.
Cortate el pelo cabezón...
Entre los mitos relacionados con la muerte, el artículo analiza si “el pelo y las uñas siguen creciendo tras la muerte”, y concluye que es mentira: "La leyenda nace en Sin Novedad en el Frente, donde el autor describió cómo siguen creciendo las uñas de su amigo tras la muerte de éste”.Según British Medical Journal, “el antropólogo William Maples lo desmiente: No es más que un espejismo, no ocurre tal cosa. La deshidratación del cuerpo tras la muerte puede provocar que la piel se retraiga en el pelo y las uñas, creando la apariencia de que han crecido. El crecimiento de uñas y pelo requiere una compleja regulación hormonal que es imposible tras la muerte”.
Se te queman las pestañas
Otra de las frases desmitificadas es “leer con poca luz destroza la vista". La revista afirma que “la idea de que leer con luz tenue puede acabar con tus ojos tiene su origen en la propia experiencia. Leer con poca luz hace que los ojos se resequen porque parpadeamos menos y a veces podemos tener la sensación de que no vemos bien. Aderezado con unas gotitas de hipocondría ya tenemos una nueva y maravillosa leyenda urbana”.
Según el artículo, “los efectos negativos son temporales, pero es imposible que cause un cambio permanente en la estructura de los ojos”. Además, niega que el pelo crezca más fuerte tras afeitarnos: “Ni más oscuro ni más fuerte –advierte-.
El pelo afeitado no crece con más fuerza como se demostró ya en 1928, en un ensayo clínico. Durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la viva, que está bajo la piel”. Y agrega que “el cabello es más oscuro porque aún no ha sido expuesto al sol y no tiene el extremo tan fino”.Sobre uno de los problemas de la vida moderna, niega que “los móviles son peligrosos en los hospitales". Y afirma que “no hay casos de muerte causada por el uso del móvil en un recinto médico. Esta creencia se ha extendido desde que The Wall Street Journal se hizo eco de esta información, dándola como cierta, en un artículo que citaba más de cien casos de posibles interferencias electromagnéticas en aparatos médicos antes de 1993”.
Además, dice que es verdad “los móviles causan interferencias un 4% de las veces cuando están a menos de un metro de los dispositivos aunque menos del 0,1% son serios”.