viernes, 14 de diciembre de 2007

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¿Harto de tus familiares?

Una empresa ofrece “parientes” para alquilar en Navidad y Año Nuevo


Se trata de un servicio para hacer más amenas las fiestas navideñas de quienes no tienen familiares.Otros prefieren alquilarlos como un adorno o diversión "extra".
El servicio se ofrece en españa por 120 euros.Un sitio de Internet subasta cinco actores de distinto perfil para que sean los invitados de honor en la cena de Navidad.


Muchas personas pueden sentirse mal en las fiestas por la ausencia de algún familiar y es por eso que los ejecutivos de una empresa decidieron hacerse eco de tal demanda de afecto para darle una respuesta y... hacer negocios. La subasta de actores se inició en la página eBay, donde La Central del Espectáculo, una compañía de producción de eventos, ofrece los servicios de cinco actores para que cenen con los mejores ofertantes.Para todos los gustos
La idea es capturar la mayor cantidad de solitarios, por eso se ofrecen seis personajes distintos, acordes con los gustos del “alquilador”.



La empresa te ofrece la ilusión de tener un primo que, además de vivir en Beverly Hills, conoce todos los detalles sobre los famosos norteamericanos. “Si tú lo deseas, David Sáez se sentará a tu mesa como aquel primo/hermano/sobrino que siempre has querido tener en Hollywood. Te develará los secretos más escondidos de las estrellas de Hollywood”, es la descripción de la fantasía.


Para los amantes de la aventura, también pueden alquilar a un primo que ha recorrido 79 países en bicicleta, tren, trineo, globo aerostático y avión. Este “pariente” ofrece una noche repleta de anécdotas sobre las distintas culturas de los lugares visitados aunque se trate de una mera actuación, claro está.Un mago, una andaluz, una representante de las Naciones Unidas y un “trotamundos” son otras de las variantes que ofrece la subasta. Aunque se “venderán” al mejor postor, se estima que los precios finales rondarían en los 120 euros, casi 500 pesos.


Exprimir el mercado de las personas solitarias es toda una hazaña. Pero, ¿cuál es el límite?